Reflexiones
(00.30)
Hoy me han dicho: “La vida es un 50% de suerte” ¿Y el otro 50%? “Es el Destino.”
Pues yo no creo eso. Yo creo que, además, en la vida hay mucho de consecuencias. De sorpresas. De reacciones inesperadas y acontecimientos fortuitos. De huidas hacia delante. De vueltas atrás. De errores, decisiones acertadas o eternamente aplazadas.
Como decían una vez en uno de los muchos emails que me llegan pero no reenvío: “Todo en la vida se puede decidir: Puedes escoger reír o llorar; Aprender o quejarte; Vivir o morir.”
No todo en la vida es opcional, estoy de acuerdo, pero tampoco vivimos en un caos absoluto sin control. No elegimos nuestras cartas pero sí como jugamos con ellas. E Podemos ir de farol y creernos los Reyes del juego, o podemos ir de legales y no apostar porque son malas. Podemos tirarlas todas y optar por un cambio radical de vida. O podemos pararnos a pensar. Barajar las posibilidades. Creernos fuertes. Apostar. Y ganar. O perder. Y elegir si seguimos jugando o si nos encerramos en un mundo de plástico, protegidos por la burbuja de la rutina, porque ya lo intentamos una vez y salió mal.
Hace tiempo que digo que dejamos de ser jóvenes cuando hace demasiado tiempo de la última cosa importante en nuestra vida. Yo he marcado el límite en dos años. Ahora, además, creo que nos hacemos viejos cuando llegamos donde queríamos. ¡Qué tristeza no tener nada por lo que luchar! Como dijo Walt Disney: “Lo difícil no es llegar a la cima, si no jamás dejar de subir.”
Hace unas semanas vi en el periódico una obra que me llamó la atención. La apunté para ir a verla y me olvidé. La semana pasada la recuperé y me di cuenta de que hoy era el último día para ir. Era a las 21.00 y yo salía de mi primer examen a las 19.30. Decidí ir. En principio sola, pero si alguien se apuntaba pues genial. La verdad, es muy agradable ver que no faltan los amigos que se ofrecen sólo por compartir la tarde conmigo, o para que yo pudiese compartirla con alguien. Las amigas que necesitan un respiro y cuentan conmigo. La verdad, voy a echar de menos (mucho) tener siempre a alguien a mano para compartir cosas.
La vida, volviendo al comienzo, es saber llevar las situaciones y aprovechar las oportunidades cuando se presentan. Es descubrir la luz de la mirada de la gente que te quiere y utilizar su brillo para guiar tus pasos. Es aprender a ser mejor persona a costa de lo que no te gusta de los demás. Es ser parte activa de tu destino, porque lo máximo que te puede pasar quedándote en casa es que se te hunda el techo.
Sal. Disfruta. Y vive. Sólo tienes una oportunidad y es tu decisión aprovecharla.
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Hoy me han dicho: “La vida es un 50% de suerte” ¿Y el otro 50%? “Es el Destino.”
Pues yo no creo eso. Yo creo que, además, en la vida hay mucho de consecuencias. De sorpresas. De reacciones inesperadas y acontecimientos fortuitos. De huidas hacia delante. De vueltas atrás. De errores, decisiones acertadas o eternamente aplazadas.
Como decían una vez en uno de los muchos emails que me llegan pero no reenvío: “Todo en la vida se puede decidir: Puedes escoger reír o llorar; Aprender o quejarte; Vivir o morir.”
No todo en la vida es opcional, estoy de acuerdo, pero tampoco vivimos en un caos absoluto sin control. No elegimos nuestras cartas pero sí como jugamos con ellas. E Podemos ir de farol y creernos los Reyes del juego, o podemos ir de legales y no apostar porque son malas. Podemos tirarlas todas y optar por un cambio radical de vida. O podemos pararnos a pensar. Barajar las posibilidades. Creernos fuertes. Apostar. Y ganar. O perder. Y elegir si seguimos jugando o si nos encerramos en un mundo de plástico, protegidos por la burbuja de la rutina, porque ya lo intentamos una vez y salió mal.
Hace tiempo que digo que dejamos de ser jóvenes cuando hace demasiado tiempo de la última cosa importante en nuestra vida. Yo he marcado el límite en dos años. Ahora, además, creo que nos hacemos viejos cuando llegamos donde queríamos. ¡Qué tristeza no tener nada por lo que luchar! Como dijo Walt Disney: “Lo difícil no es llegar a la cima, si no jamás dejar de subir.”
Hace unas semanas vi en el periódico una obra que me llamó la atención. La apunté para ir a verla y me olvidé. La semana pasada la recuperé y me di cuenta de que hoy era el último día para ir. Era a las 21.00 y yo salía de mi primer examen a las 19.30. Decidí ir. En principio sola, pero si alguien se apuntaba pues genial. La verdad, es muy agradable ver que no faltan los amigos que se ofrecen sólo por compartir la tarde conmigo, o para que yo pudiese compartirla con alguien. Las amigas que necesitan un respiro y cuentan conmigo. La verdad, voy a echar de menos (mucho) tener siempre a alguien a mano para compartir cosas.
La vida, volviendo al comienzo, es saber llevar las situaciones y aprovechar las oportunidades cuando se presentan. Es descubrir la luz de la mirada de la gente que te quiere y utilizar su brillo para guiar tus pasos. Es aprender a ser mejor persona a costa de lo que no te gusta de los demás. Es ser parte activa de tu destino, porque lo máximo que te puede pasar quedándote en casa es que se te hunda el techo.
Sal. Disfruta. Y vive. Sólo tienes una oportunidad y es tu decisión aprovecharla.
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escrito por Presidenta el 6/12/2007 04:00:00 p. m.
3 Comments:
No se puede añadir nada a esta entrada. Pero estoy de acuerdo con que todos deberíamos disfrutar un poco más de la vida. Salir a tomarse una coca cola entre semana con los amigos, dar una vuelta por el parque, sentarse en un banco a leer un libro, etc. ¡Que no hace falta estar de vacaciones ni que sea fin de semana para disfrutar de la vida!
Ya estamos,...
No te mosquees, la de la entrada anónima era yo, jejeje.
Laura.
Mi padre siempre dice que nunca a nadie le pasó nada por no hacer nada... Así que lo que yo extraigo de eso es que si quieres una buena vida, tienes que salir a buscarla!
It's called life...
Go and get one!!!
Besos
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