sábado, enero 13, 2007

Y es que el tiempo todo lo cura.

Ayer fue 11 de enero, cumpleaños del pitufo más alto que conozco y hoy, 12 de enero, nos ha juntado en su casa para celebrarlo.

Todos los años me ocurre lo mismo: me reencuentro con gente que veo sólo en esa ocasión, pero me lo paso bien con ellos a pesar de no ser mis amigos. Porque no lo son.

También todos los años, me encuentro con ella casi por sorpresa. Sé que estará, pero nunca la espero. Cada año me da más igual su presencia, y como el pasado no pude ir, creo que este me ha hecho hasta ilusión. Qué cosas tiene la vida.

Hace como 6 años (madre mia, casi la cuarta parte de mi vida) entré nueva en un instituto y me dió por enamorarme del novio de la chica más... indefinible (sin ofender) que he conocido en mi vida. Era siempre el centro de atención, le gustaba controlarlo todo y a su novio le tenía bastante maltratado, sobre todo porque era de esas chicas que piensan que a los chicos hay que tratarles mal para que estén detrás de ti. Y lo peor es que suelen llevar razón. Yo sin embargo, era (e intento seguir siéndolo pero cada vez me cuesta más) de las que piensan que en una relación de pareja todo tienen que ser mimos o por lo menos cariño, y me partía el alma verle tan mal. Entre que yo era joven, impresionable, estaba enamorada y él era un victimista de campeonato, mis ojos sólo veían lo mala que era ella con un chico tan maravilloso. Cosas de los 16 años supongo.

Con el tiempo y el transcurrir de un año, pasaron muchas cosas, el chico me utilizó para curar sus heridas sin darme nada a cambio, pero nada de nada, ella dejó de hablarme aunque en realidad sólo lo hacía para tenerme controlada y es que me caló en seguida, y aunque yo no tuve nada que ver, cuando rompieron todo el(su) mundo me echaba la culpa o al menos me implicaba. ¡Qué rabia me dió saber que yo era "la otra" cuando no había recibido ni un beso en la frente! Eso creo que fue lo que peor me sentó.

Con el tiempo, la única ocasión de verla era el cumpleaños de Pitufo, y siempre nos evitábamos, pero hoy creo que hasta se ha alegrado de verme.

Cuando volvía a casa, andando por la calle, me he puesto a pensar en la diferencia entre la sensación de hoy al verla y la de todos los demás años. Creo que por una vez, he sido capaz de aceptarla como una parte fundamental de la persona que soy ahora. Ahora, después de 5 años de todo y tras haber reconocido la influecia de otras personas como este chico u otros que vinieron detrás, me he dado cuenta de que si no la hubiese conocido en ese estado (ya ha madurado bastante) no sabría mi capacidad para superar ciertas dificultades y hoy no sería como soy.

Nunca la odié, no llegó a importarme hasta ese punto, pero hoy a sido el primer día que le he dado dos besos prque me ha salido reconciliarme con esa parte de mi misma.

Sufrí por ella, por lo que le hizo a él y porque lo que pasé después, pero cuando me recuperé me quedé con la mejor parte y es la de haber superado algo que para mi iba a ser el fin del mundo.

Después me volví a enamorar, luego otra vez más, y todas cambiaron mi vida y mi persona en algo.

Ahora mismo, estoy muy contenta de ser como soy y sé que se debe a todas y cada una de las experiencias de nuestra vida. Mi primer gran cambio, mi primer amor, ocurrió gracias al sitio que escogí para sentarme en una clase en la que no conocía a nadie. Sorpresas te da la vida.

Bessssossss a repartir y sed buenos/as.

4 Comments:

Blogger Arettusa said...

Profunda reflexión. Al leerlo, tenía la sensación de q te tenía q felicitar x ese maduramiento...es algo q llevo intentando un tiempo y no todos lo conseguimos. Bss

12:19 a. m.  
Blogger Presidenta said...

Ánimo bruja, a todos nos llega el día en que pensamos: ¿pero esto no era fundamental en mi vida? Y resulta que no, porque con el paso del tiempo todo acaba en su sitio. Quizá sólo necesites más tiempo.
Besos.

11:54 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es curioso, pero el día 7 de Enero tuve una experiencia parecida. Me encontré en plenas rebajas, bueno, más bien me encontró, una antigua compañera del colegio. Una chica que me hizo sufrir bastante cuando iba al colegio después de haber sido amigas durante mucho tiempo. Pues aquel día me saludó, me dio dos besos y me preguntó qué tal me iba, pero tuve una sensación curiosa porque... no tenía por qué saludarme y sin embargo sentí que ella se acercó con cierto cariño hacia mí, bueno no sé, quizá me esté rayando... Pero es curioso como somos capaces de superar los malos sentimientos y saludar a alguien sin vernos forzados a "poner buena cara".

Un besito,
Laura.

10:36 a. m.  
Blogger Presidenta said...

Eso justo es lo que me pasó. Aunque en mi caso sí estaba levemente forzada a saludarme, pero para nada a poner buena cara como tú dices, y sin embargo lo hizo.

P.D.: ¿Por qué firmas como anónimo y no como Laura compi? Si escoges "otros" puedes poner e nombre luego. ;)

7:31 p. m.  

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