jueves, abril 24, 2008

Sant Jordi 2008

Día de rosas, libros, amor y gente. Mucha gente.
Desde por la mañana temprano cuando iba a trabajar, se veían los primeros puestos de rosas por el Passeig de Sant Joan.
El cielo era de un azul limpio y el sol brillaba fuerte pero sin acalorar demasiado. Era un bonito día para celebrar el santo patrón de aquí. El día del libro. El día autóctono de los enamorados.
Por la tarde, cuando después de comer pude irme a disfrutar del día, llegué andando hasta Passeig de Gracia y bajé hasta Plaça Catalunya sorteando a la gente. Me entretuve en el camino en Mango (demasiado tentador) pero cuando volví a la calle no sólo la fiesta seguía ahí si no que la gente había salido de trabajar y media Barcelona esta delante de las paradas de libros y rosas.
Había flores de todos los colores posibles y os prometo que no era de plástico si no de verdad.
Me sorprendió que los puestos también son reivindicativos y para recaudar fondos. Además de los que cabría esperar de la Fnac o El Corte Inglés, Abacus (una cooperativa que no conocía pero que aquí es bastante fuerte)... podías comprarle libros a partidos políticos, anarquistas, rosas para África o la cruz roja, paradas con banderas gays o grupos de estudiantes que buscaban dinero para su viaje de fin de curso. Me hizo gracia porque es lo que se hace también en las fiestas de mi barrio con los puestos de comida, sólo que aquí todo es mucho más cool, ya se sabe, y en vez de bocadillos de morcilla y minis de calimocho, venden lo último en poesía y una rosa con una espiga.
Por cierto que lo de la espiga tiene su significado dentro de la leyenda de Sant Jordi pero no me lo supieron decir exactamente. Algo de la espada.
En cuanto a las firmas de libros también había de todo. Manel Fuentes colapsó durante un hora el pedazo de Passeig de Gracia que ocupaba su carpa, averigué tarde que Risto Mejide firmaba en El Corte Inglés, Carlos Ruiz Zafón tenía una carpa para el solo durante todo el día salvo el paro para comer (los demás están una hora normalmente) en pleno cruce de la Gran via de les corts catalanes con Passeig de Gracia. Así ha conseguido batir récords de venta, tan bien que me parece.
Por supuesto ayer era el día de Cataluña y todos los autobuses llevaban las banderitas de las barras y la cruz de Sant Jordi, los puestos tenían faldones rojos y gualdas y cada rosa iba acompañada de alguna pegatina o cinta que reflejase los colores. Es bonito ver que la gente está orgullosa de lo que tiene.
Como no, siempre hay quien permanece ajeno al mogollón. Y yo, que poco necesito para pensar en ti, me paro y lo inmortalizo para dedicártelo después.
Feliç Sant Jordi a tothom.