Post-puente

¡Wola radiola!
Hay que ver que perra soy para escribir, eh? Es que últimamente tengo menos tiempo y es que con el puente que me he pegado con Cris sin parar de hacer visitas y patear la ciudad, como que quedaba tiempo para poco más...
La semana que viene tengo otro examen, el primer parcial de térmica, que como me gusta bastante más que la química (me gusta algo, y eso ya es un mundo de diferencia) pues digo yo que me saldrá mejor. ¿Que qué tal el de química? Bueno, ya sabéis: hecho.
El miércoles fui a por mi niña al aeropuerto, que le tardaron más de media hora en salir las maletas y fue muy pesado, pero es lo que tienen los aviones. Después de un poco de vacile del conductor de autobús cabreado, cogimos uno de los buses gratuitos Aeropuerto-Sans y nos fuimos a casita. Comimos huevos (mis primeros huevos fritos) y luego nos fuimos a la universidad a elegir el cementerio para el día siguiente en uno de los ordenadores, y después a por Cristina a la academia para volvernos a casita las tres "a jamón" :p
El jueves fue el día del cementerio, que sinceramente fue muy interesante, y después un poco de playa, más paseos larguísimos que ayudan a dormir y un poco de feria de artesanía antes de volver a cassa, cenar y a mimir.
El viernes fue un día para hacer la compra y salir a seguir viendo Barcelona y luego a tomarnos algo por ahí y cenar en casa las tres Marías, que estuvo way hacer cena para las 3. Cada una tenía un primero diferente :p
El sábado nos levantamos tarde y al final sólo nos dio tiempo a ver el Hospital Sant Pau y comprar los panallets, que son típicos aquí por Todos los Santos, y cuando pretendimos ir al parque Güell se nos hizo de noche y optamos por ir al barrio Gótico. Medu, al fin encontré un pub irlandés por aquí. Te prometo que pensé en ti cuando lo vi. :) Al menos espero que lo sea :p
Después nos fuimos a DiagonalMar a ver a mi dietista y a casita porque estaba cansadísima, sobre todo las piernas.
Y el domingo lo dedicamos a volver al cementerio a por más información, comer una estupenda paella en la playa e intuir (porque eso no era "ver") el parque Güell. Luego a buscar a Cristina, tomarnos algo por ahí y volver a casa para pasar las fotos, cenar rico y a acostarnos y hablar hasta las mil de la mañana.
Esta mañana ha sido genial volver a desayunar con ella y sé que se me va a hacer muy extraño no tenerla a mi lado ni cuando me acueste ni cuando me levante, pero es lo que tiene probar lo bueno, que hay que saber estar sin ello también.
Ahora sólo espero que os animéis muchos a hacerme visitas para que se me pase rápido el tiempo hasta Navidad que me tendréis por ahí dando la lata, que mi niña tenga un muy buen viaje y que recuerde siempre que es lo mejor que tengo y pude desear nunca.
A los demás, mucho montones de bessssossss fertes a repartir, fertísimos para Medu y Camarón por comentar. :)

Sed buenos.